miércoles, 4 de septiembre de 2013

CODIGO DE VESTIMENTA EN LA ANTIGUA BABILONIA








LA ROPA INTERIOR —TUNICA O CAMISA

La túnica (impropiamente traducido "saco") era una camisa que se usaba junto al cuerpo. Se hacia de piel, tela de pelo, lana, lino, y en tiempos modernos usualmente de algodón. La forma más sencilla era sin mangas, y llegaba hasta la rodilla y algunas veces al tobillo. La gente "bien" la usaba con mangas y hasta el tobillo, tanto las mujeres como los hombres las usaban (véase Cant. 5:3), aun cuando sin duda había una diferencia de estilo y modelo en lo que ambos usaban. Entre las clases pobres, la túnica era la única prenda de vestir usada en verano.

LA TUNICA EXTERIOR

En los tiempos bíblicos había una túnica más suelta y más larga, que algunas veces se usaba, pero no por la gente común. La Escritura indica su uso por los reyes (1 5am. 24:4), por los profetas (1 Sam. 28:14), por los nobles (Job 1:20), y algunas veces por los jóvenes (1 Sam. 2:19). Algunos eruditos bíblicos piensan que era un tercer vestido, es decir, aparte de la túnica acostumbrada y la capa exterior.

E L C I N T O

Si la túnica no se sujetaba con un cinto, podía estorbar, no permitiendo andar libremente, así es que siempre se usa un cinto cuando se sale del hogar para hacer cualquier jornada (véase 2 Reyes 4:29; Hech. 12:8). Hubo antes y hay actualmente dos clases de cintos

EL MANTO O LA CAPA
El vestido exterior que los aldeanos palestinos usan, es una larga que serviría a los occidentales de abrigo. Se fabrica de o pelo de cabra y algunas veces de algodón. Es de color café oscuro de diferentes tonos y con tiras blancuscas perpendiculares, como abrigo contra el viento.
Mucha atención al cuidado de su cabello prestaban los judíos en tiempos





DIFERENCIA ENTRE EL VESTIDO DE LA MUJER Y DEL HOMBRE









La ley de Moisés prohibía al hombre usar vestido de mujer, y la mujer usar el vestido del hombre (Deut. 22:5). Entre los árabes beduinos de Palestina hay un gran cuidado en que cualquier no imite la manera de vestir del otro. Un día un viajero descubrió a un hombre que se había puesto un vestido de mujer para hacer un trabajo pesado. Había sido alquilado para ser guía, pero tenía mucho cuidado de que ninguno de sus paisanos lo viera con traje mujer, y se escabullía tan pronto como podía para ponerse las ropas de hombre.
La diferencia entre el vestido del hombre y el de la mujer se debe notar cuidadosamente. El vestido de la mujer se diferenciaba más del detalle que en clase. Debemos suponer que en cada caso sus vestidos eran un poco más bien acabados. Sin duda que las túnicas eran más largas, capas más largas, que la generalidad. Y si así lo hacían, puede decirse que tenía todo el derecho para ello, porque ellas sólo hacían sus propios vestidos, sino también los de sus señores.
El velo era la característica distintiva del vestido de la mujer. Todas las mujeres, con excepción de las criadas y mujeres de baja condición de vida, usaban el velo. Las mujeres, por lo general nunca se lo quitaban, a menos que estuvieran en presencia de los sirvientes y en muy raras ocasiones. Esta costumbre ha prevalecido entre los orientales hasta la época moderna. Cuando viajan, las mujeres echan hacia atrás el velo sobre la parte trasera de la cabeza, pero si ven que se aproxima un hombre, lo vuelven a su posición originalAun cuando la costumbre era que las mujeres usaran un velo que cubriera completamente la cabeza, cuando estaban en público, esta costumbre no se guardaba estrictamente entre las mujeres hebreas. Se les daba más libertad que la que se permitía a las mujeres árabes.


O R N A M E N T O S


Como regla general, los judíos no favorecían la extravagancia en el vestido, y había pocos adornos en ellos ornamentos.. Algunos hombres llevaban un anillo en su mano derecha, o suspendido del cuello con un cordón o cadena. En aquel tiempo ésta era una sortija con sello, y servia como la firma de la persona de su dueño, y por lo tanto no era usado como ornamento. (Para ejemplos de anillos en la Escritura, véase Gen. 38.18, Cant. 8.6, Luc. 15:22, etc.).
Entre las mujeres había más deseo de adornarse que en los hombres. Pedro y Pablo condenaron el encrespamiento exagerado del cabello en la

Usos y costumbres de las tierras bíblicas por Fred H. Wight 


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